El cambio climático no es un tema nuevo, organizaciones alrededor del mundo, acuerdos internacionales, rigurosos estudios científicos, documentales y otros esfuerzos, se han sumado a la tarea de documentar sus causas y sobre todo, de hacer un llamado de atención a los efectos que tendrá en la calidad de vida de los habitantes de la Tierra.
Texto: La Ciudad Verde
Sin embargo, desde nuestro punto de vista, todavía falta un camino largo por recorrer para lograr comunicar estos efectos a una gran cantidad de personas, que no se encuentran al tanto de esta información pero que sí están experimentando las consecuencias.
Recientemente hemos notado mayor presencia del tema en conversaciones y titulares en los medios.
Por ejemplo, en los últimos días, después de la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París y la acertada respuesta por parte del Ministerio de Europa y de Asuntos Exteriores Francés e incluso, después del encuentro entre Enrique Peña Nieto y Leonardo DiCaprio para salvar a la vaquita marina.
Y aunque pareciera que la mayoría de las personas están en la misma sintonía, no es así, por lo cual en La Ciudad Verde asumimos nuestro papel en esta lucha por tener una mejor relación con el medio ambiente, como difusores y promotores de prácticas más sostenibles en la vida urbana, con el objetivo de que la información permee a los grupos para los que todavía es lejana.
Al dimensionar los cambios que son requeridos, ya hemos escuchado muchas veces que los esfuerzos que hagamos individualmente no generan un verdadero impacto, creemos firmemente que hacer acciones locales para cambiar nuestros patrones de consumo nos hace vincularnos con una realidad que pareciera distante pero que no lo es del todo, y a la vez nos hace partícipes del cambio que queremos tener en la ciudad.
Desde acciones tan simples como utilizar bolsas de plástico en lugar de bolsas de tela en el supermercado, pedir o aceptar los popotes y otros desechables en los restaurantes cuando no es necesario o simplemente, desplazarse en automóvil privado sin compartirlo o cuando existen otras opciones de movilidad como caminar, andar en bicicleta y usar el transporte público.
Basta con reconocer los 770 gramos de basura que generamos por persona al día; siendo Ciudad de México, Jalisco, Veracruz, Guanajuato, Tamaulipas y Nuevo León las entidades que aportan más del 50% de los desechos en el país, y que de todos los estados sólo cinco entidades se responsabilizan por separar la basura.
O con dimensionar que cada año se ocasionan 3 millones de defunciones prematuras por la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo.
Y qué decir de los 21.3 millones de botellas que desechamos al día, o de las 155 mil hectáreas deforestadas por año. ¿Estamos reconstruyendo al mismo tiempo que destruimos al mundo?
Necesario buscar alternativas reales
El pasado 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente y decidimos dedicar nuestro espacio en Cletofilia para hacer una reflexión de cómo nuestros patrones de vida han afectado seriamente a nuestro entorno y nos han hecho sumergirnos en una ola de consumo desmedido.
Si ponemos atención detallada a algunas “innovaciones verdes”, muchas de éstas se enfocan a buscar alternativas “más amigables con el medio ambiente” pero están dirigidas a mantener nuestros patrones de consumo actuales, e incluso aumentarlos, restando el sentimiento de culpa que se pueda generar sólo porque son “tecnologías verdes”.
Por ejemplo, la promoción de los vehículos eléctricos, que sin ir de la mano de una regulación que gestione el uso del automóvil o el origen de la energía eléctrica que en la mayoría de las ocasiones proviene de combustibles fósiles.
Sí, en México menos del 4% de la energía proviene de fuentes limpias. Es decir, nos estamos manteniendo en la misma línea de consumismo y desapego de las externalidades de su uso.
Y eso sin mencionar que el tiempo invertido en desplazamientos y el riesgo de ser parte de hechos de tránsito se mantiene, sea cual sea el tipo de motor en el vehículo.
Nuestra postura es una mezcla de que, por un lado, se permita y promueva la eficiencia de procesos a través de desarrollos tecnológicos, pero también, que se cambien los patrones de consumo que tenemos, y en general de vida acelerada que llevamos.
Necesario detener el consumo
Buscar que consumamos menos y que ese menos sea de la forma más racional y amigable posible con nuestro medio ambiente.
Llevar a la verdadera práctica las 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) y sumando una cuarta: Responsabilidad.
Pero por el simple hecho de vivir en entornos urbanos ya generamos más emisiones que otras personas, así que, ¿qué estamos haciendo desde nuestra trinchera para que nuestro impacto sea menor?
Low Carbon City, organización hermana de La Ciudad Verde; es un movimiento que nació en Colombia y busca tener incidencia internacional en temas de cambio climático y medio ambiente, liderada por ciudadanos que, inspirados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París, buscan promover el entendimiento y apropiación del tema, y buscar colectivamente alternativas a la crisis ambiental en muchas ciudades, en específico relacionada con cambio climático, proponen 3 acciones estratégicas:
- Fomentar hábitos de vida amigables con el medio ambiente.
- Conectar a ciudadanos con expertos del tema dispuestos a compartir su conocimiento.
- Crear barrios bajos en carbono de la mano de ciudadanos y otros actores del territorio.
Parte de las acciones globales que han logrado, fue la realización del primer Foro Mundial de Ciudades Bajas en Carbono en la ciudad de Medellín en octubre de 2016.
En él, entre charlas y actividades a pie de calle, compartimos con personas de distintas nacionalidades, expertos, autoridades y ciudadanos, los esfuerzos que cada uno nos encontramos materializando para poder transformar nuestras ciudades.
Este año nuestro país tiene la tarea de realizar la segunda edición del Foro Mundial de Ciudades Bajas en Carbono, del 5 al 7 de septiembre en la Ciudad de Villahermosa bajo el lema “Construyendo ciudades para la vida”, y todas y todos estamos invitados a compartir la aportación por más personal o local que sea, que estamos haciendo día a día en nuestras ciudades.
Al igual que nosotras, ustedes pueden ser parte de este movimiento.
Actualmente está abierta la convocatoria para presentar en formatos de charla, taller o ponencia, sus buenas prácticas y que nos cuenten el camino que han recorrido al trabajar en temas que van desde la energía, agricultura, economía circular, transporte y movilidad, hasta la educación, innovación y biodiversidad, y por supuesto, otros campos de trabajo también son bienvenidos.
¿Tienes una idea o acción para mejorar nuestro medio ambiente y frenar el cambio climático? Compártela con nosotros y se parte de Low Carbon City 2.